La moneda, algo más que dinero, es una de las exposiciones que se encuentran actualmente en el Museo Arqueológico Nacional. En las salas se explica el avance que ha tenido este medio de pago durante la historia. Sin embargo, los investigadores tienen poca información sobre cómo era utilizada la moneda antes del siglo XV.
Después de ese periodo antiguo, es cuando se empiezan a tener constancia, mediante escritos y crónicas de aquellos que dedicaban su vida a viajar de ciudad en ciudad intercambiando bienes. Incluso existían zonas menos desarrolladas donde la moneda se empezó a utilizar hasta el siglo XX.
Dinero no es sinónimo de moneda, incluso antes de existir esta última ya se utilizaban otros métodos de pago o intercambio como la sal, el más conocido. Lo que se buscaba es que ese material fuese fácil de portar y de contar. Sin embargo, no era tan sencillo imponer un objeto que fuese ampliamente reconocido su valor, por lo que se optó por los metales preciosos. Su valor dependía del peso que tuviese la moneda como tal.
Fue entonces cuando empezó el uso regularizado de las monedas. Las monedas de entonces nada tienen que ver con las de ahora, ya que las actuales no basan su valor en el material del que están hechas, ni en su peso, sino que es un valor establecido, un valor fiduciario.
La exposición muestra de una manera perfecta los pasos que hicieron que la moneda se instaurase como el método de pago más usado. Se explica los diversos usos que se le daba a estos objetos redondos, desde ofrendas hasta piezas de joyería.
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